15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Hoy quiero compartirle este pasaje de la epistola de Santiago, me parece que muchos de nosotros, esperamos que Dios nuestro Señor obre en nuestras vidas milagrosamente, pensamos que con nuestra Fe moveremos montañas y que de un momento a otro, todo aquello que hemos anhelado se empiece a cumplir. Luego si esto no sucede asi nos desesperamos, porque las cosas no pasan como uno lo espera, nos encontramos que nuestras peticiones no son respondidas inmediatamente, que nuestra vida espiritual no está rindiendo el fruto que quisieramos, ante esto viene la decepción, la apatía y un sinfin de preguntas, que jamás sabremos responder con sabiduría.
Aunque es muy cierto que para Dios nada es imposible, que la Fe si mueve montañas, nos olvidamos de ponerlo en práctica, que quiero decir, tenemos Fe , pero no la aplicamos en nuestra vida diaria, es muy claro el ejemplo que se nos da de la fe de Abraham, era tanta su fe que estaba dispuesto a entregar la vida de su hijo en quien se le dijo que sería padre de multitudes, sabiendo que Dios es poderoso aún para levantarle de los muertos.
El otro ejemplo que se nos presenta dice que si un hermano te pide cobijo y alimento y tú le bendices, le apoyas en oración y le pides que se retire, ¿de que pues le servirá esto?, no amigo, es necesario obrar darle el cobijo y el alimento que necesita, y todo el apoyo espiritual que requiera, hay que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No niegues nunca la ayuda a quien la necesita, acuerdate del amor de Dios para con nosotros y da de gracia lo que de gracia recibes.
Haz el compromiso, comprometete a actuar con Fe, verdadera fe, ¿cómo? te preguntarás, quieres que tus peticiones sean respondidas, haz todo lo humanamente posible para que asi sea, y todo lo demás déjalo en manos de Dios, no te afanes ni te preocupes, deja que el poder de Dios fluya a tráves de ti, que obre ese milagro en ti, pero no decaigas ni te aflijas, no desesperes, recuerda que no ha habido justo desamparado. Confía en Dios, confía plenamente en El y haz tú tambien la parte que te corresponde, ánimo que la voluntad de Dios se cumpla en tu vida.
No olvides que las obras son el reflejo de nuestra fe. Bendiciones.
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