18/3/14

Cuidado con la envidia




Aquí les comparto esta reflexión del Pastor Saul Guevara, sobre la envidia, me pareció interesante compartirlo con ustedes, ya que sé que son momentos dificiles, donde el amor de muchos se ha enfriado y la calumnia y envidia ha sustituido el amor de Dios en sus corazones. No temas ni te preocupes, Dios toma el control de todas las cosas, el nos guardará a cubierto de contención de lenguas, no temas al vituperio pues Dios está con nosotros, alejate de todo pecado y no permitas que el desanimo se apodere de ti, busca a Dios mientras puede ser hallado, y alejate de todo sentimiento contrario a la voluntad de Dios, bendiciones.



Cuando leo en la Biblia sobre Caleb que a los 80 años esta pidiendo a Josué su herencia para conquistarla y leer que esas tierras (montañas) que recibiría estaban llenas de enemigos, me hace asegurarme que no importa cuantos años pasen, ni cuantos hayan muerto, ni cuan largo fue tu desierto, a la larga o a la corta, tomarás tu montaña, Jehová te dará los sueños de tu corazón. No importa cuanto dolor hayas atravesado, ni cuanta gente se haya corrido de tu vista, ni cuantas traiciones hayas sufrido, a la larga entrarás a la tierra de tu bendición. Pero ten siempre presente que la excelencia y el triunfo siempre traen envidia, dice la Biblia.
Nuestro Padre Celestial te va a bendecir en el área económica, afectiva, personal, espiritual, en cualquier área y habrá gente que se levantará de envidia en tu contra, por el logro que tuviste. Nadie envidia a un miserable o a un cualquiera. Se envidian los logros, el reconocimiento, tu casa, tu dinero, tu familia, tu pareja, tus amigos. La envidia es un deseo de venganza porque tu brillo opaca al envidioso.

Una serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga y cuando la arrinconó, antes de comerla, la luciérnaga le dijo: "puedo hacerte una pregunta". Y la serpiente contestó, en realidad nunca contesto preguntas de mis víctimas pero, por ser vos, te lo voy a permitir. ¿Yo te hice algo? -"No." -¿Tenés hambre?, "No"; "¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?", "No"; "Entonces, ¿por qué me quieres comer?" "Porque no soporto verte brillar", respondió la serpiente.

Si vas a brillar habrá serpientes que te van a perseguir. Siempre la envidia es un sentimiento de destrucción, de quitarte lo que has logrado y si Dios nos da éxito se levantarán envidiosos. Eso le pasaba a Pablo, cada vez que llegaba a una ciudad y predicaba todo el mundo lo seguía, entonces se levantaban los envidiosos y lo apedreaban.

Había un rey que quería saber qué era peor si ser tacaño o ser envidioso, tomó a dos personas y les dijo: "Les daré todo lo que me pidan pero al otro le daré el doble." Entonces el envidioso dijo: "A ver si entendí bien rey, ¿todo lo que te pida me lo darás pero al otro le darás el doble?", Si, dijo el rey. El envidioso le dijo al avaro: "Pida usted primero"; "Faltaba más, dijo el avaro, primero están los caballeros." Que sí, que no; entonces el envidioso dijo: "esta bien, yo pido primero, que me saquen un ojo"

La envidia es un deseo de destruirte, de odio. Las muertes, las violaciones, las estafas, los engaños, los maltratos vienen por la envidia. Caín mató a Abel, por envidia. La envidia destruye, busca perseguir, tratará de destruirte a través de la persecución abierta o de la descalificación y la calumnia. El envidioso hablará mal, te descalificará y si no logra meter cizaña a través del chisme, te calumniará.

¿Cuál es la diferencia entre chisme y calumnia?... El chisme tiene algo de verdad y algo de mentira, pero la calumnia es toda mentira. El envidioso dice: "¡Ojo! No lo digo para que te vaya mal" y, en el fondo, es lo que está deseando.

El que te envidia siempre tratará de buscar amigos, hablará con otros para envenenarlos, porque el envidioso no quiere que triunfes y querrá hacerse tu aliado para que no lo descubras, pero siempre se sabe, porque el envidioso esta enfermo. La envidia corroe los huesos, dice Salomón.

La envidia amarga el espíritu, dice Santiago. Cuando alguien descalifica a otro y te envenena, no es para bendecirte sino para que sufras y no alcances la bendición.

¿Qué sientes cuando otro te dice: "me aumentaron el sueldo?"; ¿o cuando tu amiga tiene casa, plata y el esposo la trata bien?” ¿Te molesta que hablen bien de otro? ¿Qué sientes cuando el otro se compró su coche y tu no tienes ni la rueda de una carreta?

-Samuel, llegó a la casa de Isaí a ungir al primer rey de Israel y dijo al papá: "Que vengan tus hijos" Por cada uno que pasaba, el Espíritu Santo le decía: "Este no es". Pasados todos, Samuel preguntó: "¿Hay otro más? Isaí respondió: "Sí, uno que está con las ovejas", entonces Samuel pidió que viniera y al ver a David lo ungió como rey delante de sus hermanos.

¿No hubiera sido mejor ungirlo en privado? ¿Por qué lo ungió delante de la gente?... Antes de bendecirte, Dios primero ungirá a otro para observar la reacción de tu corazón. Si reaccionas en bendición recibirás lo mismo que viste en el otro.

-Abel y Caín le llevaron ofrenda a Dios y Dios aceptó, delante de Caín, la ofrenda de Abel. ¿No sabía Dios de antemano que Caín era un asesino, entonces por qué aceptó la ofrenda de Abel delante de su hermano?... Porque si Caín sabía celebrar la bendición de su hermano, la misma bendición hubiera caído sobre él.

Sé inteligente, cuando alguien prospera, mejor avanza, Dios está mirando tu reacción.

Si alguien me cuenta su logro, no es para envidiarlo sino para inspirarte. El envidioso mira el coche que tienes pero no ve cuánto te costó tenerlo; mira el final no mira el proceso. El que se inspira, el inteligente, en cambio, mira el proceso no el final.

Todos recibieron una casa en la Tierra Prometida pero Caleb recibió una montaña. Si recibes una montaña todos se van enterar, toda la ciudad se enterará: tus compañeros de trabajo, tus enemigos, tus jefes.

Las grandes bendiciones Dios te las dará poco a poco para que tus enemigos no te destruyan a causa de la envidia.

Por ello hoy te digo: Dios tiene grandes bendiciones para ti, pero Dios da la palabra que te las dará poco a poco para que las fieras del campo no te destruyan.

¿Cuántos oran a Dios para que les dé un trabajo y cuando lo reciben dicen que fue por sus esfuerzos? ¿O pidieron un coche y después dijeron que no fue por la intervención de Dios sino por el aumento que recibieron?

Hay gente que Dios los bendice y se creen que solo son ellos, por eso Dios no les puede dar una súper bendición hasta examinarlos cómo están.

No hay nada más insoportable que alguien que se cree algo cuando Dios los bendijo, pastores con grandes congregaciones y se creen con derecho de menospreciar las pequeñas; personas que recibieron un aumento de sueldo o se compraron un coche y se creen con autoridad para olvidarse de todo el mundo como le paso a José, que estando en la cárcel les pidió a sus compañeros que se acordaran de él y no lo hicieron. Dios a esa gente le corta la bendición.

Pero si luego de bendecido sigues buscando a Dios con la misma intensidad como cuando estabas con una mano adelante y la otra atrás, entonces estás preparado para recibir lo que pediste.

Cuando entraron a la tierra Caleb tenía ochenta años y aunque todos recibieron una casa nadie se quejó al ver a Caleb recibir una montaña, porque él había pagado cuarenta años por los pecados de otros, por la incredulidad de sus compañeros perdió cuarenta años. Hay cosas que se están demorando pero cuando Dios te las de, no habrá enemigos cerca.

Para mientras esto sucede en tu vida o si ya va sucediendo, observa bien a quienes te rodean, pero primero obsérvate a ti mismo, “medico, cúrate a ti mismo”, si aun tienes algunas de esas cosas feas en tu proceder, elimínalas, porque estas pueden estar deteniendo tus bendiciones.

Cuando Dios ya anuncio que la bendición esta a la vuelta de esquina, esfuérzate y se valiente, aparta el mal de tu lado, los o las maledicientes amistades con que te llevas, tus malas mañas, en fin esas cosas que conoces mejor tu.

Dios hoy te señala que tus bendiciones están ahí, delante de tus narices, tan solo medita en su palabra, óbrala y alcanzaras hasta lo que por ahora no alcanzas a ver.

Caminaban un sabio y un tonto en una noche espectacular, de repente el sabio vio mas halla y vio la luna, era luna llena, hermosísima luna llena, fue tan conmovido por aquello que quiso compartir su emoción con el tonto y señalando con su dedo la luna le dijo: mira la luna, mas el tonto solo miro el dedo que señalaba.

Quiero hoy, figuradamente señalarte la luna, sin pretender ser sabio. Un hijo de Dios no se mide por la cantidad de gritos que da, ni por el lenguaje religioso sino por su manera de pensar. La gente de Dios se distingue por sus pensamientos y obras.

Cuando Dios te bendice no es solo para ti, sino para ser de bendición y cuando bendecís a los demás entras en otro nivel, Dios te levanta, te bendice. Prepárate las cosas grandes vienen. Por favor se de los que miran la luna. Amen.

Ditulis Oleh : Adoradores-Mx // 18:42
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